Él es homosexual, le gusta combinar su ropa y usar colores vivos, ademas tiene muchas amigas y comenta con ellas su gusto por los hombres. Una vez tuvo la oportunidad de ir con tres de ellas a un departamento en Buenos Aires, y salieron a rumbear por los barrios más prendidos de la ciudad.
Fue cuando se dio cuenta de que Claudia, una de las amigas compañeras de viaje, tenía unos pantalones muy lindos con pinzas tan sutiles que pareciera que las hizo el mismísimo Giorgio Armani. Los combinaba con una polera suelta rosada con estampado de tréboles, muy sensual pero hasta cierto punto.
Ella era algo distraida, tendía a pensar lo mejor de la gente y siempre andaba con una sonrisa que dejaba a uno pensando si estaba bien. No tenía un cuerpo perfecto, pero era lo suficientemente guapa como para llamar la atención de los hombres más tímidos y tiernos.
Al día siguiente despertaron al mismo tiempo, Claudia y él, y tomaron desayuno juntos como acostumbraban los que despertaban juntos. Mientras ella lavaba los platos, él fue al baño... justo cuando estaba lavando sus manos, ella entró y se quitó su pijama gris con verde para bañarse, pensando que a él no le importaría, de todas maneras él es gay y más de alguna vez la ha acompañado al baño.
Él la mira y no puede creer lo que está viendo, es lo más lindo que ha visto jamás, cree no poder contenerse cuando toma la desición de escapar de aquel baño mixto.
Hasta ahora no ha podido decirle la verdad, hasta hoy él sigue comentando con ella y con otras amigas su gusto por los hombres y sobre la ropa que usan las compañeras más populares. Hasta hoy la acompaña al baño y viajan a lugares interesantes como amigos muy cercanos...
Ella a veces dice: "Ay, como quisiera a veces que todos los hombres fueran como tú"