Tristán ha muerto.

Tú me sacaste ese instinto paternal, en una forma muy básica, pero me bastó para llorar tu muerte y agradecer tu vida. Me acompañaste en momentos difíciles, me necesitaste cuando nadie más lo hacía, aprendiste a tocar batería y a escribir en el computador. Por ti me visto de luto, por ti me desperté cuando morí, por ti me agacho ahora para dejarte partir. Agonizaste sobre mi pecho, me mirabas con esa carita de no entender qué estaba pasando, acurrucandote en mi mano como si fuera tu casita, no pude dejar de llorar hasta que te vi descansar de ese miserable sufrimiento. Mi pieza no podría estar más vacía sin ti, yo no podría estar más solo sin ti. Contigo, mi pequeño, muere una parte de mi; contigo, mi secreto, muere una parte de mi.

Puro, sencillo y optimista.


Estuve pensando en el concepto de justicia, el cómo concebimos este tema, creo yo, define en muchos sentidos nuestro actuar cotidiano. También influye, por supuesto, en el tipo de sociedad que pensamos que sería la ideal, o nuestra posición hacia la violencia.
Supongamos que tenemos tres trabajadores y tres árboles, un trabajador planta dos árboles, el segundo planta uno y el tercero no planta ninguno. ¿Es justo que todos reciban el mismo pago? ¿Es eso lo que nos plantea el comunismo?
Yo creo que no es justo que los tres reciban el mismo pago, pero queda entonces el dilema de cómo sobrevive el trabajador que no plantó ningún árbol. Habrá que ver, también, cuál fue la razón que tuvo el tercer trabajador para no plantar nada, tenemos una infinidad de posibilidades, se me ocurre que estaba muy cansado, o pudo haber tenido un problema familiar, o pudo ser que el primer trabajador quiso ganar más y plantó más árboles que los encomendados para poder salir de vacaciones a un lugar bonito y relajado, y cuando llegó el tercer trabajador ya no habían más árboles para plantar.
De cualquier manera, el tercer trabajador necesita comer, necesita ir al médico, necesita educar a sus hijos. ¿Cómo vamos a solucionar entonces que no hayan árboles para plantar? Tenemos la opción de conseguir más árboles y dar más oportunidades de plantación, pero no sé si eso es lo mejor, ya que estaríamos aceptando que el primer trabajador gane más que todos y no deja la oportunidad de quien quiera plantar más árboles lo haga.
Creo yo que no es justo tampoco (volviendo al tema de justicia) que un trabajador no tenga árboles para plantar, y por ende no tenga para comer, y otro tenga mucho dinero por los árboles plantados y comience a abrirse puertas en otros rubros que lo ayuden a proteger lo que ya tiene y también para poder multiplicarlo rápidamente.
En el fondo, para combatir la extrema pobreza tendríamos primero que combatir la extrema riqueza, pues los recursos son limitados. El principio de que los recursos no sólo son limitados, sino también escasos, no lo inventé yo, es un principio de la economía que la hace existir, el problema principal de la economía es cómo distribuir los recursos escasos para la máxima satisfacción de las necesidades humanas. Siendo que la misma ciencia social lo reconoce, también debería reconocer que si una persona acumula más recursos existe alguien que los está perdiendo.
Estoy hablando de una manera muy básica, no estoy contemplando factores que son muy importantes en la economía, en la sociedad y en el derecho. No estoy hablando de clases, dominación, corruptibilidad, robos, sólo estoy haciendo un análisis desde muy el principio para dar cuenta que desde el primer momento la sociedad está mal pensada, el espíritu de la sociedad comenzó basándose en el individualismo y en la competencia, olvidando que el que estaba al lado es un ser humano, un compañero, un amigo.
¿Qué podemos hacer ahora entonces? Yo creo que tenemos dos opciones. La primera es comenzar a cultivar un nuevo espíritu fomentando la solidaridad con el que no tiene, garantizar derechos básicos como la salud o la alimentación, compartir con el pobre algo que para nosotros es cotidiano, pero para ellos es escaso.
La segunda, es trabajar desde las bases creando una nueva sociedad, aceptando de frente que estamos en una guerra, que ha comenzado el capitalismo y el dinero, aceptando que la violencia está muy presente en nuestra sociedad y la paz no es una opción mientras exista un tercer trabajador que no tiene dinero para comer, que no tiene agua para tomar.
Aceptar que estamos en guerra contra una sociedad egoísta, decadente, enferma, que con la imagen de un culo te venden yogur para adelgazar, rodeados de psicópatas que son capaces de destruir la patagonia por generar energía para sostener la fábrica de caca en las que nos tienen sumisos y obedientes, siempre protegidos por los perros verdes que si asaltan al dueño de la empresa corren a protegerlo, pero si en una villa o población hay una banda de asaltantes o narcotraficantes ellos necesitan un permiso de la fiscalía para poder entrar, cosa que sucederá de seis a ocho semanas sin contar feriados y fines de semana.
No necesitamos solidaridad, esa hipocresía que ocultan los que heredaron todo de su padre el primer trabajador, esa psicopatía que ocultan los ladrones que para quitarte tu dinero se sientan en una silla de cuero y juegan con tu dinero en tu cara y tu no puedes hacer nada.
"Compadecen al pobre de todo corazón, al desafortunado que no tuvo el contento, la gracia de haber visto la luz en su bastión, pero si algo amenaza su bienestar precario saltan del agujero para irse a pelear..." George Brassens.
Es complicado, sé que si lo es, quizás me desvié del tema inicial, pero está claro aquí en el final y allá en el principio que no hay justicia que no se gane, ni sociedad que esté conforme. Yo creo que tenemos que tener cuidado al momento de planear una sociedad justa y colectiva, pero es necesario dejar de planear y comenzar a luchar por una vida que sólo está aquí, no quedarse con la estúpida esperanza de que la próxima será mejor, porque así es como los ricos nos tienen sumisos y como ellos mismos exculpan sus pecados contra la sociedad a la que le están robando. No me malinterpreten, no todos los ricos roban, pero si todos tienen claro que mientras ellos ganan más hay otro que está ganando menos.
Violencia siento cuando una casa con nueve personas tiene que subsistir con el sueldo mínimo establecido por los que ganan ocho millones mensuales.
No me vengan con pacifismos ahora, mientras tú tengas agua caliente para bañarte todos los días y por otro lado exista gente que ni siquiera tiene ducha en su casa, no habrá paz.
"Si no hay pan para el pobre, no habrá paz para el rico".

Confesión: soy un desclasado, que anda en un cuatro por cuatro por la vida y tiene la posibilidad de tener Internet en su casa y un notebook para escribir en este blog. Soy un desclasado que confía en la revolución de las masas. Soy un desclasado que cree que la lucha callejera es presión real por ser un golpe a la propiedad privada. Soy un desclasado que tiene el descaro de hablar de justicia cuando su madre gana como un gerente, aunque se vaya todo en el cancer, no me atrevo a imaginar qué pasa cuando alguien de menos recursos tiene este tipo de enfermedad.
A pesar de ser un desclasado odiado por los ricos y por los pobres, siempre viviré tratando de colectivizar mis recursos, buscando justicia, no pienso dormir mientras haya alguien luchando en la calle.
No tengas miedo de apedrear a quien te oprime, porque si ellos tuvieran la oportunidad, te matarían después de torturarte.

¿Quién es el irracional?