Un alta estima al sufrimiento, es algo que no podría haber imaginado hasta hace unos días. Es raro, nunca lo había pensado, el sufrimiento nos hace crecer y nos hace vivir sacando nuestras fortalezas a flote, un escudo no vale nada colgando de una pared, pero si lo ves protegiendo a una persona se convierte en una virtud mucho más vistosa y más valiosa.
El problema es que no somos pacientes, queremos vivir bien todo el tiempo y cuando sufrimos lo que nos causa más angustia es saber cuándo estaremos bien de una vez por todas, más que el sufrimiento mismo.
Podrías comenzar por darle tiempo al sufrimiento, darle un espacio en tu vida que sea provechoso para aprender del mismo. El otro día escuché una idea muy interesante, con respecto a las películas y su eterno conflicto con ocultar el final de quién no ha visto el film.
Es idiota que la película se arruine por saber el final, sabiendo que durante toda la película suceden muchas cosas más, mil veces más constructivas para la película que el final, sucede la historia como tal, que es lo que fuimos a ver, sino sólo veríamos el final y podríamos decir nuestra opinión sobre la película.
Es lo mismo con el sufrimiento, el final es casi obvio "todo va a estar bien". Perdóname pero eso no es lo que me interesa, me interesa que mierda aprenderé sintiendo toda esta mierda y no viendo nada más que mierda en el día a día, pero eso tampoco lo vamos a tener claro hasta que vivamos realmente el proceso que estamos viviendo, la impaciencia queridos lectores, es nuestro peor enemigo, nos ciega y nos angustia apretándonos el pecho pensando en que todo tiempo pasado fue mejor...
Especial gracias a Nicolás Slachevsky (Tierra de Nadien) y al sujeto que estaba muy drogado para recordar su nombre.