La misma hora de salida, el mismo sujeto desabrigado y caminando dormido, la misma señora llevando a su hijo al colegio, el mismo sujeto calvo con un chichón en la frente, el mismo micrero semi dormido, la misma niña yendo a su colegio, el mismo tipo infiel con su amante coqueteando en la micro rumbo al trabajo, el mismo color de metro para ir a Grecia, la misma escalera satánica que deja sin oxígeno, la misma pareja besandose de manera grosera pareciendo que la lengua de uno llegara hasta el estomago del otro, la misma niña repartiendo el diario, el mismo caballero vendiendo pan amasado, el mismo micrero que parece conductor de programa de televisión con sus gritos y saludos, el mismo paradero ultra popular donde se bajan estudiantes de tres o cuatro universidades distintas, los mismos asesinos que lo único que saben hacer es censurar con sus armas, los mismos guardias que no salvan a nadie, los mismos compañeros, la misma tarea de empapelar todo con "arreglen los baños", la misma marca de cigarro inundando los pulmones, la misma planta distrayendo la mente, las mismas sopaipillas que sacan de apuros...
Pero todo se hace nuevo cuando al final del día recibo tu llamado y me hace borrar todo para enfocar mi atención en la suerte que tengo de estar vivo... y contigo.
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