Para no volver

Se quejaba y se quejaba. A veces terminaba quejándose por lo cansado que estaba de quejarse. Era tanto lo que se quejaba, que de vez en cuando tomaba un descanso para despejarse. Luego se quejaba porque no tenía tiempo para hacer lo que tenía que hacer porque había tomado ese descanso de tanto quejarse.
Un día simplemente pasó la vida y todos recuerdan que él quiso hacer muchas cosas, pero de todas las cosas que pudo hacer se quejaba y nunca las hizo... por estar quejándose.

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