Hoy dormí hasta las 17:46 hrs.
Sentía que no tenía para qué despertarme.
Cuando por fin pude pararme, mi hermano muy entusiasmado, quizás por el aburrimiento de que toda la familia duermía menos él, me insistió en que nos fueramos a llenar con una pizza que le habían regalado.
Luego, comimos donas hasta que se me reventó el estómago.
Lo echaba de menos, bastante. A todos.
No eran ellos los ausentes, era yo.

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