Cinco minutos le dedico a mi musa más fiel. Tan bella, tan frágil, tan escandalosamente silenciosa, pero siempre con una sonrisa arrulladora que con el canto de la oscuridad desvanece los párpados y los deja descansar. A ella, figura celeste solitaria, que con el canto incesante de los lobos llegas temprano a tu fin. Esos días llegan cuando tu enormidad estremece las calles del mundo y te admiran como si fuera la última vez que fueran a estar tranquilos en su vida, esos días de dolor fértil, de no saber que pasará...
Tan linda eres, que durante toda la historia las personas te han dedicado mucho más que cinco minutos de su vida, pero ya me conoces y sabes que soy un hombre sin nada que hacer, y por lo mismo con mucho que hacer...
Maravilla de la creación, tenía que dedicarte alguna vez tiempo para decirle al mundo, por muy gay que suene, lo dulce que haces mi vida al caminar viendo el cielo.
Adios, Luna querida.

1 comentarios:

  1. Verte hoy anaranjada, en penumbra por la inmensidad de la tierra, me hizo creer en un mañana mejor, en la inmensidad de la vida.