Viejo Verde

Hoy vi en el metro un señor que estaba muy empeñado en mirarle el trasero a cada mujer que pasaba por delante. No importaba si fueran gordas, flacas, altas, bajas él tenía que mirarla muy fijamente. Era tanto que el tipo estaba muy atento a cada mujer que subía al vagón del metro, mientras yo pensaba en esas pobres presas que caerían en la mente de un tipo tan asqueroso que se sentía con el derecho a masturbarse con cada mujer que transitaba a su alrededor.
No sé qué me pasa con este tema, yo no me doy permisos así porque siento un deber de respetar la imagen de una mujer que ya está bastante objetizada en estos días. Tanto es así que uno de los trenes que tomé hoy estaba tapizado en mujeres en ropa interior diciendole a la gente que así era como debían verse y que esa marca era la que tenían que comprar para ser lindas... o deseadas.
Quizás sea por eso que ahora da lo mismo si a una niña se le ven los calzones o se le sale media pechuga jugando con sus amigos o conversando en la plaza, porque el cuerpo femenino está tan manoseado mentalmente que no importa si a tu amiga se le ve el pezón o el sostén.
Me pregunto si pasaría lo mismo si a un hombre se le ve un testículo, me pregunto si sus amigas le dirán que se le ve o dejarán que lo muestre para todo el público.
Yo no soy pacato o conservador o como quieran llamarle, pero siento un llamado a respetar la intimidad de las personas y la confianza que en alguna medida se nos deposita al momento de compartir con alguien.


Estamos trabajando para usted.

Me aventuré a cambiar la cara por una vez en la vida, procurando no caer en el mismo estilo anterior y buscando algo más nuevo, más atrevido.
Me parece que los tonos oscuros sería irse más a la segura, siento que es más fácil combinarlos y no es tan llamativo, pero no es lo que quiero reflejarles. Lo que quiero dejar en este blog son las ideas que fluyen por mi vida y estoy seguro que compartiendolas con ustedes florecerán como Dientes de León y crecerán para que algún día puedan hacer a alguien pensar más allá de lo sensible.
Es así como me siento ahora, con ganas de cambiar, más atrevido, obvio que me siento ligeramente nervioso por lo que pueda resultar, pero estoy seguro que saldrá algo bueno de todo esto.
Espero que ahora cuando entren a este blog se sientan con ganas de leer lo que hay y no vean algo tan oscuro y escondido, sino más bien algo que los invita a compartir y a quedarse mirando toda la tarde, jugando, elevando volantines, soplando burbujas, escuchando música y comiendo quequitos.

Felíz 18 de Septiembre les desea su servidor.

Vivo en un país rodeado de 4.000 kilómetros de mar y no me gusta el mar, menos cuando pertenezco a la familia que más peleas por minuto tiene cuando se sienta a la mesa.
Increíblemente todos necesitan rendir cuentas sobre lo que han echo por el viaje y por hacer que todo resulte al mismo tiempo en que hacen una tarde bastante desagradable.
Pero bueno, supongo que hace bien cambiar de aire de vez en cuando, sobretodo cuando has estado encerrado tanto tiempo. A pesar de todo me sirvió mucho salir de la ciudad, me recordó que tuve infancia y que tengo un refugio siempre listo a un par de horas de aqui. *(Nuevo proyecto: sacar lo mejor de las cosas.)*
Lo único raro de todo el fin de semana fue que a pesar de que es la fecha en que el país más come yo debo haber bajado unos tres kilos... bueno, siempre me gustó ir contra la corriente.