Ambivalencia

Arauco tiene una pena...
Son recuerdos que atormentan y hacen caer en la cuenta lo mucho que se puede odiar, amar y lastimar. Odio escribir desde la rabia y la pena, pero si no saco de mi estos sentimientos, si no los verbalizo, puede ser mortal.
De todas formas nunca estuve completamente solo, alguna que otra persona pasó al lado mio acompañandome por un rato, jamás podré agradecerles enteramente que me hayan echo sentir necesitado y querido.

En fin, a lo que vinimos.
Quiero ir a una ciudad muy linda, pero que últimamente me ha echo sentir reemplazado, sin ir más lejos, quiero ver la puta ciudad echa llamas, para que no pueda hacerle sentir lo que a mi a nadie más.
Es preciosa, con mucha historia, con mucho misterio, con mucha gente increíble, creo yo que es una ciudad en la que me gustaría mucho vivir. Pero si la piso, moriré, porque recordaré toda la mierda que me hace sentir tan solo escuchar su nombre. Es la ciudad más linda, porque ha ocupado su relieve para hacerse resaltar, pero si llego a saber una vez más de ella, me he jurado partir y hacerla volar por los aires, para luego secarme en la carcel como el cerdo que soy.
Es la ciudad que me enamoró, la ciudad en la que me enamoré, la ciudad en la que se enamoró, la ciudad que si vuelvo a ver juro por mis hijos que con mis propias manos la dejo en el suelo.
Y me recago en toda mi maldita descendencia.

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