Volvía a su casa después del trabajo, era cerca de la medianoche cuando llegó al paradero de buses que está frente al edificio donde trabaja. A esa hora los buses se demoran en pasar, la frecuencia es muy baja y casi nadie anda en las calles. El frío traspasaba la gruesa chaqueta con una facilidad que hacía pensar en el sentido de la ropa en estos días, era una noche helada de esas que se ven en las noticias para rellenar el espacio televisivo antes de embobarnos otra vez con las series y películas propias de un viernes.
Pero nada de eso importaba al momento de pensar que en casa le esperaba una cama con plumón nuevo y con calientacamas de tres niveles. No importaba la hora, ya que llegaría a ver su serie favorita en el computador portátil.
Fue así como pasó el bus y se sentó muy tranquilo para cruzar la ciudad de sur a norte en lo que sería casi todo el recorrido del bus.
Después de largos 110 minutos de espera y viaje hacia su casa, se siente merecedor de un descanso divino acompañado por su serie favorita y su crema de tomates que había dejado preparada en la noche anterior para llegar simplemente a calentar en el microondas.
Daba envidia ver al muchacho siendo abrazado por su cama y besado por esa crema de tomates, comienza la canción de la serie y los créditos principales... fue el momento en que recordó que no había ido al baño.
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