Hay momentos en que salen a la luz unos pensamientos que despues se me olvidan como por arte de magia. Siempre estan en la misma situación, cada vez que los pienso.
Me gustaría tener esa visión del mundo que algunos tienen, una dimensión de su persona que odio y admiro en distintos momentos. Un concepto de espacio personal que va más allá de lo físico, una idea de lo propio que es nada más que eso, lo propio.
Si tengo ganas de hacer o no hacer una cosa, algo me detiene a hacerlo notar o hacerlo valer. Esa sensación de que comparto en ese instante un espacio temporal y situacional con otras personas, me detiene a dejarme llevar por lo que quiero y siento. Pero no necesariamente pasa al revés, es más, probablemente las otras personas hacen lo que tienen ganas y hacen de los demas participantes voluntarios de sus acciones. Me explico, participantes porque comparten la acción del sujeto y voluntarios porque tienen la opción de no hacerlo y en vez de eso hacer algo que ellos quieran o les nazca.
Siempre me ha sido fácil relacionarme con gente egocentrica, por mi falta de acción propia en el día a día. Tomo decisiones en base a lo que el otro quiera sin tener muchas veces en cuenta mis propias ganas de hacer algo. La persona egocentrica no se preocupará de que yo no tome decisiones por mi, si el centro es él mismo.
¿Qué pasa cuando me separo de esas personas? Bueno pues, encuentro mis voluntades y son abrumadoras, comienzo a hacer lo que quiero hacer con ciertas cojeras por lo amateur, pero apenas vuelva esa persona sé que dejaré mis voluntades para que no se moleste por mis mañas.
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