A veces la fuerza más poderosa sale de la más pequeña de las estrellas.
Y aunque ya no estoy tan pequeño de tantas calorías atascadas, no me quedaré atrás. Sólo pedía a los santos y santas de Dios la ultima oportunidad de abrazar a quien alguna vez fue mi gran admirador, pero si uno no gasta su propia energía en eso, los santos no podrán hacer nada, nisiquiera existirían de no ser por la mente humana y pretendemos que hagan algo por nosotros tan solo pensandolo.
Faltó un valde de agua fría para darme cuenta que estaba pidiendole a las paredes de concreto que sostuvieran una fuerza que a veces ni la misma naturaleza puede contener... Me sentí estupido cuando me di cuenta de lo que sucedía, pero bueno, ahora esa fuerza es mía y sé que existe, ahora esta avalancha de grasa y lagrimas pasa por un costado mio y cae en un lugar que no quiero ni mirar. Me prometo que seré alguien admirado, alguien que sea gusto tener al lado, alguien.
Cuando uno sabe lo que quiere, nada te puede detener, por algo he resistido un año de vagabundeo, otro de bachillerato, y otro de paro. Sé que a pesar de lo que tenga que hacer, lo que quiero hacer lo haré, y lo que quiera hacer parte de mi vida, será.
Solo tengo que ordenar la casa para que podamos abrir la puerta, y podamos sentarnos a conversar.
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