Mamá no lo sabe...

Todo terminó de suceder el seis de agosto del dos mil once. Comenzó hace trece años.
El episodio final de esta novela fue complicado, disgustante, y para muchos inesperado. La tristeza se posó en los corazones de su familia.
La noche del cinco de agosto apareció un perro mestizo con una clara raíz de pastor alemán, en la ventana de la pieza de sus padres. Era muy tierno y cada vez que uno se acercaba a mirarlo, te miraba con una carita de pena como si pidiera permiso para estar ahi.
Lo que no sabiamos era que esa carita de pena, era porque uno de los grandes había partido.
El padre muy atento siempre a la piscina y al jardin, notó que el motor para filtrar el agua de la piscina seguía corriendo a altas horas de la noche (para ese entonces seis de agosto), y salió a cortarlo para poder ir a dormir.
Quienes viviamos ahi estabamos acostumbrados a sentir, cada vez que uno salía al patio, alguien chocando con las cosas, pero esta vez el padre no sintió nada.
Revisando muy cuidadosamente no logró encontrar a nadie y me llamó para que lo ayudara. Entre los dos hicimos una busqueda muy corta, para darnos cuenta de que había algo flotando en la piscina...

Jovanka Juanita Flores Maldonado fallece a sus trece años de vida, ahogada en la piscina de la casa, siendo acompañada por un perro extraño que en el mismo momento que nosotros caímos en cuenta de que ella había muerto, desapareció.
Mi padre llorando se arrepentía de no haberla matado antes para evitarle un sufrimiento innecesario, pero ya es demasiado tarde le decía y me miraba con cara de impotencia. Ya todo acabó y ahora nos toca a nosotros darle una despedida digna y dedicada para quedar con nuestras mentes en paz, recordando con nostalgia y alegría la compañía de esta canina polar.
Hasta siempre, Jovita.

1 comentarios:

  1. Anónimo dijo...

    noooo!! te extrañaré colita de ratón!!! :(