No soy yo, eres tú.

Mírate, perdiste todo lo que creías tener, nunca lo tuviste, nunca fuiste nada, nadie.
Te hiciste esto tú mismo y se lo hiciste a los demás. Tú eres el problema.
Soltaste el control, acéptalo, y ya no tiene sentido que lo vuelvas a tomar, igual no puedes manejarlo.
No se trata de que merezcas algo o nada, no se trata de si eres bueno o malo, se trata de que no eres nada.
Tu seguridad estaba en los demás, nunca estuvo en ti, les hiciste daño al poner sobre ellos esa responsabilidad, te hiciste daño a ti.
Mírate... no puedes controlar ni siquiera si quieres matarte o seguir adelante, y ahora te preguntas si era por eso que te costaba imaginarte siendo viejo, pero no es por eso, tu llegarás a viejo y esa es tu condena.
Déjalos ir, no los mereces, no mereces ni siquiera un beso de despedida.

1 comentarios:

  1. Ksenia dijo...

    Me encanta que el título de la entrada sea ese! Teni que dejar de culparte a ti mismo, pq no eres culpable de NADA. Cuando empieces a entender eso, vas a ver como todo se hace más fácil.