Era un caluroso día de invierno.
La radio vociferaba a todo volumen la canción que me hacía recordar el viaje hacia paralelos más fríos...
El puente me dejaba observar gran parte del territorio a mi alrededor, pero no había tiempo para detenerse a contemplar, tenía que llegar temprano para tener un espacio en el pequeño estacionamiento.
Doblando siempre a la derecha, lamentablemente, llegué y la vi por primera vez en el día, y después de una larga pausa me saludó muy dulcemente...
Cuando entramos al recinto, no muy hospitalario, sentimos un "aire" a frustración que recorría los pasillos...
Pero tanto ella como yo tenemos branquias para ese tipo de ambiente y se respira aire puro. Aunque debo admitirte que a veces a mi me fallan.
Cuando salimos por fin de ahí, de dirigí de inmediato a una escalera que me botaba a un tren no muy comodo.
Apenas arrivado a mi destino, fui a la puerta y me encontré en una casa adaptada...
Me enseñarías a conducir.
La independencia conseguida ese día me dio la oportunidad de verla entrar todos los días por la puerta, dejando mi mente tan tranquila que olvido por completo donde estoy...
Como un chocolate, mientras suena "Casino" en una radio comunista... 120km/hr. Curva cerrada. Dulce será partir.
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... para mi
Asi sigue la canción.