Bailabamos, pocos centímetros nos separaban...
La letra de la canción ordenaba a los bailarines que tomaran a sus parejas e hicieran con su cuerpo cosas que no harían con su madre.
Tú escaseabas por esos lugares, estabas afuera sentada en un sillón para tres personas junto a tu amigo de pelo largo...
Yo procedía con movimientos seguros y cercanos, que prometían una noche inolvidable... Pero todo absolutamente sin intención de pasar más allá, así me habían enseñado a bailar estas cosas y mis manos no pasaban los límites permitidos...
De mi pareja solamente conocía su nombre y su colegio, y que se vinculaba al cumpleañero por una amistad de ella. No era exactamente guapa, pero no carecía de encanto, y yo había aceptado bailar con ella después de una extraña invitación de su amiga.
La música sonaba y no parecía tener intención de detenerse en mucho tiempo, y tampoco se mostraba en ella... Yo empezaba a cansarme, pero todavía me quedaba energía para un par de canciones centroamericanas.
No sé que pasaba por su cabeza cuando bailando, moviendo el cuerpo de manera armoniosa y sin torpeza, empezó a acercarse casi sin dejar centímetros entre nosotros. Yo intentaba alejarme, sin embargo tenía detrás de mi otra pareja que no bailaba precisamente...
Se notaba en sus ojos que necesitaba de algo que para mi por lo menos es una muestra más avanzada de cariño... cuando noté que no terminaría la noche sin que ella cumpliera su objetivo y cuando ya casi empezaban a ser milímetros los que nos separaban grité dentro de mi por tu ayuda...
Fue tan grande el grito que me escuchaste y corriste por mi, te interpusiste en el camino de sus labios y los detuviste con un puño tan duro que hubiese preferido que fuera un fierro...
Para los demás todo quedó como que nos habías visto muy cerca y habías armado una escena de celos, pero tú y yo sabíamos que no había sido así y nos abrazamos de manera cómplice y nos alejamos del lugar...
El resto de la noche fue estar semi-echados en un sillón para una persona, conversando y abrazandonos tan fuerte como si nos dijeramos "nunca me vayas a dejar".
Desperté en mi cama, desordenada como siempre, recordé donde había estado la noche anterior, había estado reparando un computador sin remedio y llegando a mi casa a eso de las 23:30 hrs. con sueño por el remedio que había tomado para el resfrío que se acababa de ir...
Tomando Coca-Cola tapada con un premio en Telepizza me despido de ti, nos vemos más tarde lejos, muy lejos de aqui...
Moi moi!
GAK.
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Buscando en el polvo de mi baúl, encontre en un rincón, un blog que había hecho hace tiempo, pero que nunca lo había usado.
Quizá sea el momento de aprender.
Estamos hablando.
PD: Que bueno que hayas tomado en cuenta mi sugerencia.
=)
que bueno que sigas escribibiendo, y de verda ma sorprendiste no conocia esta faceta tuya tan asi ;)